Entre
la espada y la pared
Salmo
40:1-2
Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y
me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre pena y enderezo mis pasos.
Todos nosotros en algún momento en nuestras vidas no
hemos sentido entre la espada y la pared. Son esos tiempos donde los problemas
y situaciones difíciles de nuestras vidas son tan agobiantes que nos desesperamos
buscando una solución. Es en esos momentos difíciles donde muchas veces nos
preguntamos porque Dios permite estas situaciones en mi vida.
La Biblia nos asegura que Dios nunca nos abandona o nos
deja solos. El está con nosotros cada paso y nos lleva en Sus brazos a través de
cada una de nuestras dificultades. Dios, en ocasiones permite que sus hijos
enfrenten momentos difíciles para hacernos crecer y madurar en nuestra fe. Es a
través de estas experiencias que vemos Su grandeza y misericordia derramarse en
nuestras vidas. Estas experiencias difíciles nos ayudan a profundizar nuestras raíces
de fe. Es como un árbol, mientras más profundas son sus raíces, más fuerte es
el árbol. Es fácil seguir a Dios cuando las cosas están bien. Pero es en esos
tiempos difíciles, cuando nos encontramos entre la espada y la pared, donde
aprendemos a confiar en Dios y crecemos en nuestro caminar con El. Es en esos
tiempos cuando nos encontramos caídos,
donde tenemos la oportunidad de demostrar nuestra fidelidad a Él. Es en los
tiempos difíciles donde aprendemos las cosas que no aprendemos en los tiempos
de abundancia.
Tú escoges la actitud a seguir cuando vienen los tiempos difíciles.
Puedes escoger el pánico y la desesperación o puedes escoger confiar en Dios.
Puedes abandonarlo o puedes buscar más de Él. Tú escoges responder fielmente.
La respuesta es tuya. Que Dios te bendiga y te guarde y que permita que estas
palabras te ayuden a renovar tu espíritu.
Between a rock and a hard
place
Psalm 40:1-2
I waited patiently for the Lord; he turned to me and heard my cry. He lifted me out of the slimy pit, out of the mud and mire; he set my feet on a rock and gave me a firm place to stand.
Psalm 40:1-2
I waited patiently for the Lord; he turned to me and heard my cry. He lifted me out of the slimy pit, out of the mud and mire; he set my feet on a rock and gave me a firm place to stand.
There is a good chance that some time in your life you felt between a rock and a hard place. These are the times when the problems and difficult situations in your lives are so overwhelming that we are desperate for a solution. It is in these difficult times where many times we wonder why God allows these situations to occur.
The Bible assures us that God will never
leave us or forsake
us. He is with us every step of the way and He takes us in His arms through
each of our difficulties. God sometimes allows His
children to face hard
times, to make us grow and mature
in our faith. It is through
these experiences that we see His greatness and mercy poured out in our lives. These difficult experiences help us to deepen our
roots of faith. It's like a tree; deep roots make for strong tree. It's
easy to follow God when everything
is going well. But when times get
tough, when we are between a rock
and a hard place, that’s where we learn
to trust God and grow in our walk with Him. It is
in these times, when we are
fallen, that we have the opportunity to show our faithfulness to Him. In the difficult times of life we learn things we could never learn in the
times of abundance.
You must choose the attitude to follow for the difficult times. You can choose to panic and despair or you can choose to trust God. You can turn away from the Lord or turn toward the Lord. You will have to choose to respond in faithful confidence. The choice is yours. May God bless and keep you and allow these words to help you renew your spirit.