Monday, May 27, 2024

Reflexion Dia de Recordacion


 “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he mantenido la fe. 8 Desde ahora me está guardada la corona de justicia, que el Señor, juez justo, me concederá en aquel día, y no sólo a mí, sino también a todos los que han amado su venida”. (2 Timoteo 4:7-8)

Hoy, esta nación celebra el Día de los Caídos. Es el único día en que esta nación hace una pausa para recordar a quienes han hecho el máximo sacrificio para defender esta nación. Es un momento en el que honramos a los verdaderos héroes de nuestra nación.

En todos los conflictos en los que hemos estado involucrados se han perdido algunas bajas, hijos e hijas, a menudo debido a la valentía inusual que demostraron durante el combate. De vez en cuando, durante esos conflictos, sucede algo, un soldado hace algo, que es tan fuera de lo común que el Congreso reconoce el esfuerzo de esa persona otorgándole la Medalla de Honor. Este premio se entrega a alguien que se distingue por su valentía a riesgo de su vida más allá del cumplimiento del deber. El acto realizado debe haber sido un autosacrificio tan notorio como para distinguir claramente al individuo por encima de sus camaradas y debe haber implicado riesgo de vida. La mayoría de las veces, estos individuos se sacrifican por el bien de los demás. 

En los versículos finales de la epístola de Pablo a Timoteo, el apóstol se encontró encarcelado en Roma. Consciente de que su vida estaba llegando a su fin y su ejecución era inminente, decidió no lamentarse ante Dios, sino alabarlo y honrarlo. ¿El motivo de sus elogios? Podía declarar con confianza que se había mantenido fiel a su misión. Esta convicción le permitió afrontar la muerte con serenidad, seguro de la recompensa que Cristo tenía para él. Si bien no podía reclamar elogios terrenales como la Medalla de Honor del Congreso, anticipaba recibir la "corona de justicia" del Señor Jesucristo.

Hoy te pregunto: ¿tienes la misma convicción y anticipación que Pablo de encontrar a Cristo? La noticia alentadora es que la "corona de justicia" se otorga no sólo a los incondicionales de la fe como Pablo, sino también a todos los que esperan fielmente el regreso del Señor. Aventúrate a confiar en Él. Aventúrate a entregarle el control de tu vida a Él. Es un acto de fe, es desalentador, pero es más extraordinario de lo que podemos imaginar. Dios nos extiende su gracia para que seamos inspirados a exaltarlo, amarlo, confiar y servirle. Él satisface nuestras necesidades para que podamos comprender la magnitud de su amor y dirigir con entusiasmo a otros a Jesús mientras nos esforzamos celosamente por honrarlo con nuestras vidas. Y, a la manera del apóstol Pablo, nosotros también podemos declarar: "He peleado la buena batalla, he completado la carrera, he preservado la fe". ¿Permanecerías firme hasta el final de tu vida?

Que el Señor te bendiga y te guarde siempre.

Pastor Dimas

A Memorial Day Reflection

 “I have fought the good fight, I have finished the race, I have kept the faith. 8 Henceforth there is laid up for me the crown of righteousness, which the Lord, the righteous judge, will award to me on that day, and not only to me but also to all who have loved his appearing”. (2 Timothy 4:7-8)

Today, this nation is celebrating Memorial Day. It is the one day that this nation pauses to remember those who have given the ultimate sacrifice to defend this nation. It is a time when we honor the real heroes of our nation.


Every conflict we’ve ever been involved in has had its share of casualties of both sons and daughters lost, often due to the unusual bravery they displayed during combat. Every once in a while, during those conflicts, something happens, a soldier does something, which is so out-of-the-ordinary that Congress acknowledges that person’s efforts by awarding them the Medal of Honor. This award is presented to someone who distinguishes himself by gallantry at the risk of life above and beyond the call of duty. The deed performed must have been self-sacrifice so conspicuous as to clearly distinguish the individual above his comrades and must have involved risk of life. More often than not, these individuals sacrifice themselves for the greater good of others.

In the concluding verses of Paul's epistle to Timothy, the apostle found himself incarcerated in Rome. Aware that his life was drawing to a close and his execution imminent, he chose not to lament to God but to praise and honor Him instead. The reason for his praise? He could declare with confidence that he had remained true to his mission. This conviction allowed him to meet death with serenity, assured of the reward Christ had for him. While earthly accolades like the Congressional Medal of Honor were not his to claim, he anticipated receiving the "crown of righteousness" from the Lord Jesus Christ.

Today, I ask you: do you hold the same conviction and anticipation as Paul to encounter Christ? The encouraging news is that the "crown of righteousness" is bestowed not only upon the stalwarts of faith like Paul but also upon all who faithfully wait for the Lord's return. Venture to trust Him. Venture to surrender control of your life to Him. It's a leap of faith, it's daunting, yet it's more extraordinary than we can envision. God extends His grace to us so that we may be inspired to exalt, love, trust, and serve Him. He fulfills our needs so that we may grasp the magnitude of His love and eagerly direct others to Jesus while we zealously strive to honor Him with our lives. And, in the manner of the apostle Paul, we too can declare, "I have fought the good fight, I have completed the race, I have preserved the faith." Would you remain steadfast until the end of your life?

May the Lord bless you and keep you always.

Pastor Dimas