La vida puede sentirse muy pesada a veces. Atravesamos épocas de dificultad, decepción y angustia que nos hacen preguntarnos si vale la pena seguir adelante. En esos momentos, rendirse puede parecer más fácil que luchar.
Pero la Palabra de Dios nos recuerda con ternura que, incluso en los momentos más difíciles, no estamos solos. El Señor siempre está con nosotros: inmutable, infalible y fiel. Las circunstancias cambian, la gente puede alejarse y los corazones pueden doler, pero hay algo que nunca cambia: nuestro Padre nunca nos deja ni nos abandona.
Piensa un momento en esto. Las pruebas van y vienen. Las situaciones pueden surgir y caer. Otros pueden fallarte o incluso traicionarte. Sin embargo, en medio de cada tormenta, hay Uno que permanece firme y fiel. Su presencia no flaquea. Su amor no disminuye. Su fuerza no se agota.
Por eso podemos elegir confiar en Él, especialmente cuando es difícil:
* Confía en Él cuando estés decepcionado. * Confía en Él cuando estés sufriendo.
* Confía en Él cuando te incomprendan.
* Confía en Él cuando sientas que tu corazón se rompe.
* Confía en Él en todo, pase lo que pase.
El profeta Jeremías nos recuerda: «Pero bienaventurado el hombre que confía en el Señor, cuya confianza está en él» (Jeremías 17:7).
Hoy, descansa en esta verdad: tu situación puede cambiar, pero tu Salvador nunca lo hará. Que el Senor te bendiga.
Dr. Dimas Castillo
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