Thursday, April 17, 2025

El Camino a la Cruz

 


Lectura Biblica: Lucas 18:31-34

Comunicarnos con claridad y concisión suele ser un desafío. Cuando usamos la palabra equivocada, el verbo equivocado o las palabras groseras, los resultados suelen ser ridículos o desastrosos. Incluso los discípulos de Jesús tuvieron dificultades para comprender lo que Jesús quería comunicarles. En este pasaje de hoy, Jesús habla con claridad. No usa una parábola. Parafraseando este pasaje, Jesús les dice a sus discípulos: «Lean mis labios, voy a Jerusalén a morir». Sin embargo, los discípulos no entendieron lo que Jesús quería decir. Los invito a acompañar a Jesús en este camino y a reflexionar sobre cuatro principios espirituales clave que moldean nuestra fe y nuestro discipulado.

1. El Camino a la Cruz fue Predicho por los Profetas

Jesús declara que todo lo escrito por los profetas sobre el Hijo del Hombre se cumplirá. Esto incluye más de 300 profecías del Antiguo Testamento, muchas de las cuales detallan los eventos que rodearon su sufrimiento y muerte. Permítanme darles diez profecías específicas: desde la traición de Jesús por parte de un amigo, su venta por treinta piezas de plata, su silencio ante la acusación, su escupitajo y sus golpes, su crucifixión con las manos y los pies traspasados, su burla e insulto, la suerte que echaron sobre sus ropas, su ausencia de huesos rotos, su entierro en la tumba de un hombre rico y, finalmente, su resurrección. Estas profecías, escritas siglos antes del nacimiento de Jesús, se cumplieron con notable precisión. Su cumplimiento confirma no solo la inspiración divina de las Escrituras, sino también que el sufrimiento de Jesús no fue accidental, sino que formó parte del plan redentor de Dios desde el principio.

2. El camino a la cruz promete rechazo y dolor

Jesús sabía que el camino que le esperaba estaría lleno de sufrimiento y rechazo. Aunque el pueblo judío esperaba un Mesías victorioso y real como David, pasaron por alto al siervo sufriente descrito en Isaías 53. A Jesús no le sorprendió lo que le aguardaba: traición, negación, humillación pública y un dolor físico insoportable. Sin embargo, Él siguió adelante con un propósito inquebrantable. Las Escrituras nos recuerdan que Jesús eligió el camino del sufrimiento por amor a la humanidad. La misma multitud que lo alababa luego clamaba por su crucifixión. Aun así, Jesús dirigió su rostro hacia Jerusalén, decidido a completar su misión.

3. El Camino a la Cruz Conduce a la Resurrección

La muerte de Jesús, aunque profundamente significativa, no es el final de la historia. La resurrección es lo que le da a la cruz su significado y poder. Sin la resurrección, la historia de Jesús no sería diferente a la de cualquier otro líder religioso. Pero Jesús hizo lo que nadie más pudo: resucitó de la tumba.  A través de la resurrección, Jesús validó todo lo que dijo e hizo. Su victoria sobre la muerte nos asegura que Él está vivo hoy y ofrece esperanza, salvación y vida eterna a todos los que creen.

4. El Camino a la Cruz Es el Modelo para Cada Discípulo

Finalmente, El Camino a la Cruz Es el Modelo para Cada Discípulo. Así como Jesús recorrió el camino a la cruz, todo seguidor de Cristo también debe tomar su cruz cada día. No se trata solo de un recuerdo histórico, sino de un llamado actual. Lucas 9:23 dice: «El que quiera ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga». Y Gálatas 2:20: «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí». Estos dos versículos resaltan que ser discípulo significa morir a uno mismo y vivir por la fe en Cristo. No es fácil; implica renunciar a nuestros deseos y soportar dificultades por causa del Evangelio. Pero es a través de este camino que experimentamos el poder de la resurrección en nuestras propias vidas.

5. Conclusión

Para concluir, el pasaje nos insta a todos a reflexionar sobre nuestra relación con Cristo resucitado. La evidencia de la muerte y resurrección de Jesús es abrumadora, pero aún más importante, revela el inmenso amor de Dios. Al poner tu fe en Jesús, recibes no solo el perdón, sino el mayor regalo de todos: la vida eterna. El camino a la cruz no es solo la historia de Jesús; es el camino que todos estamos invitados a recorrer como sus seguidores. El camino a la cruz es el camino a la vida. ¿Lo recorrerás con Jesús?

Que Dios les bendiga y les guarde siempre y que estas palabras les ayuden a renovar su espiritu.

Pastor Dimas

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