Thursday, July 10, 2025

Atrapados… pero no derrotados

 



Éxodo 14:10-18

Versículo clave: “El Señor peleará por ustedes; ustedes solo necesitan estar tranquilos.” ​​– Éxodo 14:14

¿Alguna vez te has sentido atrapado sin salida? Quizás fue una carga financiera inesperada, una crisis de salud sin una solución clara, una relación que se desmoronó o un momento en que falsas acusaciones convirtieron a amigos de confianza en escépticos. La vida puede acorralarnos rápidamente en situaciones de las que parece imposible escapar.

Así es exactamente como se encontraron los israelitas en Éxodo 14. Después de ser liberados milagrosamente de Egipto, se encontraron atrapados: el Mar Rojo frente a ellos, el desierto a un lado y el ejército egipcio cargando por detrás. No había salida visible. Estaban, en todo sentido humano, atrapados en un callejón sin salida.

Pero su historia no terminó allí, y la nuestra tampoco, cuando caminamos por fe.

1. Dios usa los tiempos difíciles para hacernos crecer

Lo notable es que Dios los guió hasta este punto. Éxodo 14:1-4 deja claro que su camino, aunque parecía un error, era parte del plan de Dios. ¿Por qué haría Dios eso? Porque quería revelar algo más profundo: su poder, su fidelidad y su capacidad para abrir camino donde no lo había.

Los tiempos difíciles a menudo se sienten como un castigo. Pero más a menudo, son una preparación. Dios usa las dificultades para corregir, profundizar y fortalecer nuestra fe. Así como las plantas echan raíces más profundas cuando el agua superficial escasea, nuestras raíces espirituales se profundizan cuando la vida es dura. La fe no se demuestra en la comodidad; se revela en la crisis.

2. La paz es una elección, no un sentimiento

Los israelitas respondieron como muchos de nosotros lo haríamos; entraron en pánico. "¿Por qué nos trajiste aquí para morir?", gritaron (Éxodo 14:11). Con miedo, arremetieron contra Moisés y dudaron de la bondad de Dios. Sin embargo, Moisés respondió no con un plan estratégico, sino con una profunda verdad: «No teman. Manténganse firmes y vean la salvación del Señor…» (v. 13).

El miedo es natural, pero la fe es intencional. La paz en medio de la presión no proviene de comprender el plan; proviene de conocer a Aquel que lo tiene en sus manos. Cuando elegimos mirar nuestros problemas más que a Dios, la ansiedad aumenta. Pero cuando fijamos nuestros ojos en el Señor, la paz se hace posible, incluso en lugares imposibles. 

3. Cuando no sepas qué hacer, haz lo que sabes

Dios le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? Dile al pueblo que avance» (v. 15). Puede sonar extraño; ¿avanzar hacia dónde? ¡Había un mar frente a ellos! Pero Moisés obedeció. Levantó su vara, y Dios hizo lo imposible: dividió las aguas.

Habrá momentos en los que no entendamos lo que Dios está haciendo. Pero en esos momentos, estamos llamados a seguir haciendo lo que sabemos que es correcto. Sigue andando en obediencia. Sigue orando. Sigue confiando. Y luego observa, observa con anticipación para ver lo que Dios hará.

Conclusión: Confía, espera y observa

En conclusión, debemos notar varias cosas sobre los momentos en que estamos entre la espada y la pared. Primero, los callejones sin salida son la oportunidad de Dios para mostrar su gloria. Los israelitas aprendieron ese día que ninguna situación está fuera del alcance del poder de Dios. Lo que pensaron que sería su muerte se convirtió en su liberación. Lo que parecía un final se convirtió en el comienzo de algo inolvidable.

Segundo, debemos recordar que los tiempos difíciles no significan que Dios esté enojado con nosotros. Existe una idea dañina que dice que un creyente verdadero y fiel nunca enfrenta tiempos difíciles a menos que haya hecho algo malo. Esta es una teología errónea y destructiva. Hay muchas referencias en la Biblia que muestran que los santos de Dios atraviesan adversidades no porque estén siendo castigados, sino porque están siendo usados ​​y entrenados por Dios. Los tiempos difíciles no significan que Dios te haya dado la espalda. En tercer lugar, necesitamos recordar que debemos elegir la actitud que adoptaremos en los momentos difíciles. Podemos entrar en pánico o confiar. Podemos centrarnos en las oportunidades o en los riesgos. Podemos alejarnos del Señor o acercarnos a Él. Puede que no parezca que podemos elegir qué actitud adoptar, pero la tenemos. Las reacciones negativas surgirán de forma natural. Tendrás que elegir responder con fiel confianza.

Finalmente, se nos recuerda una vez más que nunca debemos subestimar el poder y la sabiduría de Dios. No importa cuán desesperada parezca una situación, podemos estar a punto de presenciar una de las increíbles demostraciones de la sabiduría y el poder de Dios. Quizás no veamos cómo se abren las aguas, pero sí podemos ver vidas transformadas, circunstancias cambiadas y oportunidades que nunca habrían sucedido si no hubiéramos confiado, esperado y observado lo que Dios hará.

Que el Señor te bendiga y te guarde, y que el Señor use estas palabras para ayudarte a renovar tu espíritu.

Dr. Dimas Castillo

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