“Porque por la gracia de Dios se ha manifestado, para salvación, a todos los hombres, enseñándoles que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justo y piadosamente” (Tito 2:11-12)
La gracia de Dios nos da vida, una vida increíble. La gracia de Dios es un regalo inmerecido de parte de Dios para nosotros. En otras palabras, la gracia nos da lo que nosotros no merecemos. Por otro lado, misericordia, es retener lo que nosotros merecemos. Por tanto, gracia es un regalo de Dios y nuestra salvación es enteramente por gracia a través de nuestra fe en Cristo. ¿Qué significa esto? Significa que tú y yo no podemos hacer absolutamente nada para ganar la salvación. No la podemos comprar. No podemos ser suficientemente buenos, santos o rectos para obtenerla. No podemos ofrendar, hacer, asistir a la iglesia, orar o leer la Biblia lo suficiente para alcanzar la salvación que Dios nos ofrece. Porque por nosotros mismos no podemos alcanzar salvación, la única manera en que nosotros podemos ser buenos es apropiarnos del sacrificio de Cristo en la cruz a través de nuestra fe. El trabajo expiatorio de Cristo en la cruz, permite que la gracia fluya libremente en nosotros. Nuestros pecados han sido pagados y perdonados. Cristo pago con precio de sangre por nuestras vidas. Por tanto, mientras nosotros constantemente vamos al trono de Su gracia, podemos ver el costo de nuestro pecado, pero a al misma vez, podemos ver una y otra vez el amor de Dios hacia nosotros.
¿Necesitas la gracia de Dios hoy? Entonces pon tu fe en Cristo y por lo que El ha hecho, ve al trono de Su gracia y Dios te proveerá de esa gracia maravillosa. Para aquellos que vayan a Su trono de gracia con sus corazones contritos, rotos y humillados, El hará llover esa gracia sobre tu vida, limpiara tu alma del pecado, refrescara tu espíritu y retara tu vida a ir adelante como un vaso limpio de Su verdad. Que Dios te bendiga y permita que estas palabras te ayuden a renovar tu espíritu.
DEC
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