Thursday, October 30, 2025

Encontrando Valor Cuando el Miedo Nos Ata

 


Lectura Biblica: Salmo 27

El miedo es real. Ya sea la ansiedad que nos mantiene despiertos a las 3 de la mañana, la aprensión antes de una conversación difícil o el temor a un futuro incierto, el miedo tiene la capacidad de paralizarnos. Todos sabemos lo que se siente cuando el miedo compromete nuestra capacidad de pensar con claridad, funcionar con normalidad o avanzar con confianza.

Pero ¿y si nuestro miedo no es señal de una fe débil? ¿Y si en realidad es una invitación, una oportunidad divina para apartar la mirada de la amenaza y dirigirla al Domador de Amenazas?

En el Salmo 27, David plantea dos preguntas penetrantes: "¿Por qué he de tener miedo?" y "¿Por qué he de temblar?". Su respuesta nos ofrece una guía para vencer los miedos que nos atormentan.

Cambia tu Mirada

El primer paso de David es brillante en su sencillez: se recuerda a sí mismo quién es Dios. «El Señor es mi luz y mi salvación; ¿por qué, pues, habría de temer?» Dios es su luz en tiempos de confusión, su salvación cuando se siente abrumado y su fortaleza cuando el peligro acecha.

Cuando el miedo te paralice, no te centres en tu insuficiencia, sino en la suficiencia de Dios. Recuerda su carácter: Él está presente, es fuerte, sabio, amoroso y más que suficiente para cualquier necesidad. Recuerda sus promesas: nada puede separarte de su amor (Romanos 8), Él puede hacer muchísimo más de lo que pides o imaginas (Efesios 3:20) y jamás te abandonará (Isaías 41:10). Repasa su trayectoria: piensa en las maneras en que se ha manifestado en tu vida.

Acércate, no huyas.

El instinto de David en momentos de temor era correr hacia la presencia de Dios. «Lo único que le pido al Señor», escribe, «es habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida». Él comprendió que lo que más necesitamos no son circunstancias fáciles, sino intimidad con Aquel que controla todas las circunstancias.

El misionero Hudson Taylor lo expresó así: «No importa cuán grande sea la presión. Lo que realmente importa es dónde reside: si se interpone entre tú y Dios, o si te acerca a su corazón». El temor debe impulsarnos a la adoración, a la oración, a la Palabra de Dios. No te aísles cuando la ansiedad aumente; reúnete con otros creyentes, abre tu Biblia y cuéntale a Dios exactamente qué te aterroriza.

Sigue adelante.

David se negó a dejarse paralizar por el miedo. Le pidió a Dios que le enseñara a vivir y lo guiara por el camino correcto, incluso rodeado de enemigos. Sabía que la única manera de atravesar el campo minado era seguir a Aquel que ya lo había recorrido.

Sí, compartir tu fe da miedo. Sí, tener conversaciones difíciles requiere valentía. Sí, comenzar un nuevo ministerio puede resultar intimidante. Pero lo mejor siempre es hacer lo que Dios te llama a hacer y confiar en Él para que te dé la fuerza que necesitas.

Espera con confianza.

Las últimas palabras de David parecen demasiado simples: «Espera pacientemente en el Señor. Sé valiente y audaz». Pero este no es un optimismo vacío. Como creyentes, sabemos cómo termina la historia. El Señor reinará supremo. Seremos protegidos y reivindicados. Esta vida es solo la portada de la verdadera vida que comienza en su Reino.

Así que pregúntate: ¿Confío en Dios o no? Sigue preguntándote hasta que puedas responder con confianza: Sí. Sí, confío. Tus miedos pueden ser reales, pero tu Dios es más grande.

Que el Señor te bendiga, que el Señor te guarde y que el Señor use estas palabras para ayudarte a renovar tu espíritu.

 Dr. Dimas Castillo

No comments: